Wolfgang Juan Crisóstomo
Amadeo Mozart nació el 27 de enero de 1756, en Salzburgo, Austria.
Hijo de Ana María Pertl y Leopoldo Mozart, un violinista y músico que durante
un buen tiempo estuvo al servicio del arzobispo de la ciudad.
Wolfgang tuvo una hermana
cuatro años mayor, María Ana (Nannerl la llamarían), con quien compartió su
pasión por la música.
En el hogar de Wolfgang la música se vivía, se experimentaba y se disfrutaba.
Su padre tocaba el violín, daba clases, copiaba música y su hermana recibía
lecciones de clavecín.
Como no podría ser de otra forma, esta espacial motivación por la música,
sumado al interés y empeño personal manifestado por Mozart desde pequeño,
dieron lugar al nacimiento de uno de los compositores más importantes y
populares de todos los tiempos.
Su padre logró percibir, siendo él tan solo un niño, sus innatas cualidades
musicales, y entendió rápidamente que para que su hijo pudiera desarrollarlas
necesitaba de una buena preparación. A su vez, Leopoldo buscó la manera de
hacer que ese genio musical, que tenía por hijo, fuera conocido. Entonces,
llevó a Nannerl y Wolfgang a todas las cortes y ciudades a las que puedo
asistir, para mostrar sus dotes. Munich, Viena, Frankfurt, París y Londres
fueron algunas de las capitales en las que dejó Mozart constancia de su talento
antes de cumplir los diez años.
En el año 1763, emprendieron
los Mozart una nueva gira, la cual culminó en París, y allí permanecieron
algunos meses, causando, como en todas partes, una gran admiración, en esa ciudad
se publicaron las primeras cuatro sonatas de Mozart, dedicadas a la princesa Victoirie
de Francia.
A Inglaterra llegaron el 4 de
abril de 1764, en Londres tocaron ante la presencia del rey, Jorge III, de la
reina Sofía Carlota de Mecklemburgo, y de los nobles.
El hijo menor de Juan Sebastián Bach, Juan Cristián, que era maestro de la
corte, propuso al niño una serie de dificultades que éste resolvió muy
fácilmente.
En Londres hubieron de permanecer 15 meses por enfermedad de Leopoldo, pero de
todas formas Mozart pudo aprovechar su estancia en dicha ciudad. Allí dio
numerosos conciertos y al tiempo que estableció un importante vínculo con Juan
Cristián Bach, de quien recibió beneficiosas enseñanzas.
En el año 1768, en su vista a
la ciudad de Viena, el emperador le pide a Mozart que escriba una ópera. Como
respuesta a esa solicitud surge: "La finta semplice", una ópera que
en lugar de generarle un mayor reconocimiento a su compositor, levantó graves
suspicacias. Se decía que tal obra, de semejante envergadura, no podía ser
compuesta por un niño. De hecho, se creía que era creación de Leopoldo, quien
adjudicaba el mérito a su pequeño hijo.
En el año 1769, el arzobispo
de Salzburgo lo nombró maestro de capilla. Bajo esa función, Mozart compone dos
misas, un Te Deum y otras pequeñas piezas.
En diciembre de ese mismo año emprende, con su padre, un viaje a Italia y en
Milán se le hace una acogida sin precedente. E incluso maestros famosos como Sammartini
y P. Martini, lo someten a pruebas musicales, y al salir triunfante, todas las
academias le abren sus puertas.
En 1770 el Papa Clemente XIV
como reconocimiento a su genialidad musical le confiere la dignidad de "Caballero
de la Espuela
de oro". También en Milán se estrenan varias de sus óperas, por ejemplo,
"Mitridate” y "Lucio Silla".
Compone para el matrimonio
del archiduque Fernando y de la princesa Beatriz de Módena, la cantata "Ascanto
in Alba", y al morir el arzobispo de Salzburgo escribe, para la recepción
del sucesor, una cantata titulada "El suelo de Escipión".
El nuevo dignatario, Jerónimo Colloredo, no tuvo para Mozart las complacencias
que su predecesor, razón por la cual se vio obligado a renunciar, en el año de
1781.
En los años siguientes escribe gran número de obras, entre ellas la ópera
"La finta giardiniera".
Cuando Mozart vuelve a París, el público no le brinda un buen recibimiento. Por
otra parte, la muerte de su madre, el 3 de julio de 1778, le causó una penosa
postración y regresó a Salzburgo. Allí, su ópera "Idomeneo, rey de Creta",
compuesta en 1780 por encargo del elector de Baviera, obtuvo un gran éxito.
Pero sus éxitos en la música jamás lo sacaron de su precaria vida, pues vivió
hasta sus últimos días de un modo muy humilde.
Los hombres de la época no supieron reconocer gratamente el talento de Mozart,
por lo que este genio vivió en la pobreza.
En 1781, alejándose de
Salzburgo, fijo su residencia en Viena, donde contrajo matrimonio con Constanza
Weber. Ese mismo año, por encargo del emperador compuso la ópera "Un rapto
en el serrallo".
En 1786 recibió un nuevo pedido del emperador, esta vez Mozart compone una
opereta llamada "El Empresario".
Otras óperas del compositor austríaco fueron: "Las Bodas de Fígaro",
"Don Juan” (1787), "Cossi fan tutti" (1790), y "La flauta
mágica" (1791).
A partir de año 1789 fueron
cada vez más frecuentes los síntomas del mal que le llevó a la muerte. Ya
estando enfermo comienza a componer una Misa de Réquiem, obra que quedó
inconclusa por la muerte de Mozart el 5 de diciembre de 1791.
El compositor muere siendo muy joven, tan solo tenía 35 años de edad. Pero de
todas formas se ocupó de dejarle a la humanidad un maravilloso legado: 20
misas, 178 sonatas para piano, 27 conciertos para piano, 6 para violín, 23
óperas, otras 60 composiciones orquestales y 46 sinfonías, entre las cuales se
destacan las tres últimas, ya que en ellas se anticipan algunas de las
características principales del estilo de Beethoven.
La extensa obra
de Mozart comprende todos los géneros musicales de su época, a través de una música
increíblemente sugestiva y cristalina, que esconde su verdadera complejidad
detrás de una aparente sencillez que atrapa.
En la actualidad,
frecuentemente se menciona que la música ejerce un importante grado de
influencia en nuestro estado de ánimo, de hecho en algunos lugares se utiliza
la musico terapia. A esta línea de pensamiento se le suman las hipótesis que se
agrupan bajo el nombre de: “Efecto Mozart”. Algunos investigadores no dudan en
señalar que la sonata K448 para dos pianos de Mozart puede aumentar ciertas
habilidades intelectuales tras escuchar su melodía.