lunes, 28 de enero de 2019

Mozart

Wolfgang Juan Crisóstomo Amadeo Mozart nació el 27 de enero de 1756, en Salzburgo, Austria. 

Hijo de Ana María Pertl y Leopoldo Mozart, un violinista y músico que durante un buen tiempo estuvo al servicio del arzobispo de la ciudad. 
Wolfgang tuvo una hermana cuatro años mayor, María Ana (Nannerl la llamarían), con quien compartió su pasión por la música.
En el hogar de Wolfgang la música se vivía, se experimentaba y se disfrutaba. Su padre tocaba el violín, daba clases, copiaba música y su hermana recibía lecciones de clavecín.
Como no podría ser de otra forma, esta espacial motivación por la música, sumado al interés y empeño personal manifestado por Mozart desde pequeño, dieron lugar al nacimiento de uno de los compositores más importantes y populares de todos los tiempos. 


Su padre logró percibir, siendo él tan solo un niño, sus innatas cualidades musicales, y entendió rápidamente que para que su hijo pudiera desarrollarlas necesitaba de una buena preparación. A su vez, Leopoldo buscó la manera de hacer que ese genio musical, que tenía por hijo, fuera conocido. Entonces, llevó a Nannerl y Wolfgang a todas las cortes y ciudades a las que puedo asistir, para mostrar sus dotes. Munich, Viena, Frankfurt, París y Londres fueron algunas de las capitales en las que dejó Mozart constancia de su talento antes de cumplir los diez años.  
En el año 1763, emprendieron los Mozart una nueva gira, la cual culminó en París, y allí permanecieron algunos meses, causando, como en todas partes, una gran admiración, en esa ciudad  se publicaron las primeras cuatro sonatas de Mozart, dedicadas a la princesa Victoirie de Francia.
A Inglaterra llegaron el 4 de abril de 1764, en Londres tocaron ante la presencia del rey, Jorge III, de la reina Sofía Carlota de Mecklemburgo, y de los nobles.
El hijo menor de Juan Sebastián Bach, Juan Cristián, que era maestro de la corte, propuso al niño una serie de dificultades que éste resolvió muy fácilmente.
En Londres hubieron de permanecer 15 meses por enfermedad de Leopoldo, pero de todas formas Mozart pudo aprovechar su estancia en dicha ciudad. Allí dio numerosos conciertos y al tiempo que estableció un importante vínculo con Juan Cristián Bach, de quien recibió beneficiosas enseñanzas.

En el año 1768, en su vista a la ciudad de Viena, el emperador le pide a Mozart que escriba una ópera. Como respuesta a esa solicitud surge: "La finta semplice", una ópera que en lugar de generarle un mayor reconocimiento a su compositor, levantó graves suspicacias. Se decía que tal obra, de semejante envergadura, no podía ser compuesta por un niño. De hecho, se creía que era creación de Leopoldo, quien adjudicaba el mérito a su pequeño hijo.
En el año 1769, el arzobispo de Salzburgo lo nombró maestro de capilla. Bajo esa función, Mozart compone dos misas, un Te Deum y otras pequeñas piezas.
En diciembre de ese mismo año emprende, con su padre, un viaje a Italia y en Milán se le hace una acogida sin precedente. E incluso maestros famosos como Sammartini y P. Martini, lo someten a pruebas musicales, y al salir triunfante, todas las academias le abren sus puertas.
En 1770 el Papa Clemente XIV como reconocimiento a su genialidad musical le confiere la dignidad de "Caballero de la Espuela de oro". También en Milán se estrenan varias de sus óperas, por ejemplo, "Mitridate” y "Lucio Silla".
Compone para el matrimonio del archiduque Fernando y de la princesa Beatriz de Módena, la cantata "Ascanto in Alba", y al morir el arzobispo de Salzburgo escribe, para la recepción del sucesor, una cantata titulada "El suelo de Escipión".
El nuevo dignatario, Jerónimo Colloredo, no tuvo para Mozart las complacencias que su predecesor, razón por la cual se vio obligado a renunciar, en el año de 1781.
En los años siguientes escribe gran número de obras, entre ellas la ópera "La finta giardiniera".


Cuando Mozart vuelve a París, el público no le brinda un buen recibimiento. Por otra parte, la muerte de su madre, el 3 de julio de 1778, le causó una penosa postración y regresó a Salzburgo. Allí, su ópera "Idomeneo, rey de Creta", compuesta en 1780 por encargo del elector de Baviera, obtuvo un gran éxito. Pero sus éxitos en la música jamás lo sacaron de su precaria vida, pues vivió hasta sus últimos días de un modo muy humilde.
Los hombres de la época no supieron reconocer gratamente el talento de Mozart, por lo que este genio vivió en la pobreza.
En 1781, alejándose de Salzburgo, fijo su residencia en Viena, donde contrajo matrimonio con Constanza Weber. Ese mismo año, por encargo del emperador compuso la ópera "Un rapto en el serrallo".
En 1786 recibió un nuevo pedido del emperador, esta vez Mozart compone una opereta llamada "El Empresario". 
Otras óperas del compositor austríaco fueron: "Las Bodas de Fígaro", "Don Juan” (1787), "Cossi fan tutti" (1790), y "La flauta mágica" (1791).
A partir de año 1789 fueron cada vez más frecuentes los síntomas del mal que le llevó a la muerte. Ya estando enfermo comienza a componer una Misa de Réquiem, obra que quedó inconclusa por la muerte de Mozart el 5 de diciembre de 1791.
El compositor muere siendo muy joven, tan solo tenía 35 años de edad. Pero de todas formas se ocupó de dejarle a la humanidad un maravilloso legado: 20 misas, 178 sonatas para piano, 27 conciertos para piano, 6 para violín, 23 óperas, otras 60 composiciones orquestales y 46 sinfonías, entre las cuales se destacan las tres últimas, ya que en ellas se anticipan algunas de las características principales del estilo de Beethoven.
La  extensa  obra de Mozart comprende todos los géneros musicales de su época, a través de una música increíblemente sugestiva y cristalina, que esconde su verdadera complejidad detrás de una aparente sencillez que atrapa.
En la actualidad, frecuentemente se menciona que la música ejerce un importante grado de influencia en nuestro estado de ánimo, de hecho en algunos lugares se utiliza la musico terapia. A esta línea de pensamiento se le suman las hipótesis que se agrupan bajo el nombre de: “Efecto Mozart”. Algunos investigadores no dudan en señalar que la sonata K448 para dos pianos de Mozart puede aumentar ciertas habilidades intelectuales tras escuchar su melodía.



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