Adela Velarde Pérez
"La Adelita"
Proveniente de una familia acomodada, nació en Ciudad Juárez, Chihuahua, el 8 de septiembre de 1900. Fue nieta de Rafael Velarde, un destacado general juarista que luchó contra el imperio francés.
A los 13 años, se incorporó a la lucha revolucionaria como enfermera en el grupo formado por Leonor Villegas de Magnon, presidenta de la Cruz Blanca. Fue ahí donde Adela le dio nombre a las denominadas "adelitas", mujeres que durante la Revolución atendían a heridos, cargaban armas, se encargaban de los alimentos y en algunos casos, luchaban cuando el momento lo requería.
Las adelitas simbolizan a las mujeres que se desempeñaron como cuidadoras y combatientes de guerra.
En la etapa de 1914 a 1917, se hizo evidente la filiación revolucionaria de las enfermeras y ésta se correspondió con los cuerpos del ejército en las que se unieron: 19 con los zapatistas, 10 con Villa y 93 constitucionalistas- carrancistas. Adela Velarde Peréz participó en batallas del 7 de febrero de 1913 al 15 de agosto de 1914, y atendió a heridos del Ejército Constitucionalista.
Su participación en la Revolución Mexicana destacó en contra de la Usurpación Huertista, motivo por el que fue considerada oficialmente veterana de la Revolución el 22 de febrero de 1941. La creación del corrido Su amor con el sargento Antonio Gil Del Río Armenta, miembro de las Fuerzas de Francisco Villa, fue la razón por la que se creó el corrido.
Durante la batalla de Gómez Palacio, Durango, la más sangrienta de la Revolución, el sargento Del Río Armenta salió herido y Adelita al ser enfermera, lo atendió. Antes de morir, Antonio Del Río le dijo a Adela que en su mochila le dejaba un regalo, el cual era el famoso corrido. La historia de estos personajes se encuentra en el Museo de la Revolución en la Frontera, ubicado en el Centro Histórico de Ciudad Juárez. Adela Velarde Pérez murió en 1971 en los Estados Unidos.
Sus restos descansan en el cementerio de San Felipe en Del Río Texas. Según el Gobierno de México, el 4 de septiembre de cada año personas se reúnen en la tumba de la mujer que inspiró el conocido corrido revolucionario “La Adelita”, el cual inició como una canción de amor y se transformó en un himno de combate.
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